Treinta y dos sillitas blancas
en un viejo comedor,
y una vieja parlanchina
que las pisa sin temor.
Unas son redondas,
otras ovaladas,
unas piensan mucho,
otras casi nada.
Cinco hermanos muy unidos
que no se pueden mirar,
cuando riñen aunque quieras
no los puedes separar.
Dos hermanos sonrosados,
juntos en silencio están,
pero siempre necesitan
separarse para hablar
Una señora,
muy enseñoreada,
siempre va en coche
y siempre va mojada.
Dos niñas asomaditas
cada una a su ventana;
lo ven y lo cuentan todo,
sin decir una palabra.
Una señora muy aseñorada
que lo escucha todo
y no entiende nada.
Juntos vienen, juntos van,
uno va delante, otro va detrás.
miércoles, 11 de noviembre de 2009
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